Archivos para marzo 14, 2010

Tal vez te sorprendas al subirte a algún ascensor en Estados Unidos, buscar el botón del piso 13 y no encontrarlo, porque del 12 brinca al 14. ¿Y qué pasó? ¿Error de diseño? ¡Noooo, que va! Es simplemente que no existe el piso 13, de veras, no es broma, y todo obedece simplemente a un asunto de cábalas, de supersticiones, nada más que eso.
El fatídico número 13, dicen algunos. En martes 13 ni te cases ni te embarques, dicen otros. Y cómo te parece que en la Biblia en la primera epístola del apóstol Pablo a los Corintios, en el capítulo 13, en el versículo 13, aparece una declaración de capital importancia para el cristianismo: “Ahora permanecen tres virtudes cristianas que son la fe, la esperanza y el amor, pero la mayor de todas ellas es el amor”.
La fe es importante, mucho, porque es la confianza, la certidumbre, la certeza, la convicción de que Dios existe, aunque no lo veamos, y de que podemos relacionarnos con Él y recibir muchas cosas de su parte sin necesidad de verlas o tocarlas.
La esperanza igualmente ocupa una posición relevante en la vida cristiana, porque es tener la seguridad de que Dios cumplirá cada promesa que ha hecho en la Biblia y que lo hará con todos los detalles en el tiempo prefijado por Él mismo.
Pero el amor es todo un capítulo aparte, sí, lo es, por ello en el Nuevo Testamento es la virtud de la que más se habla. El evangelio, o la buena noticia de la salvación, se inicia por amor, nada más que por eso. Fue tan grande el amor de Dios por la humanidad que llegó al extremo de entregar a su único Hijo para que muriera en la cruz en rescate por ella. Y es por ese mismo amor que el Señor sigue buscando a cada persona de este mundo para salvarle y mejorarle la vida.
La orden para todo cristiano es que ame a Dios por sobre todas las cosas y que ame a las personas que tenga próximas de la misma manera como se ama a sí mismo. Y es más, debe amar inclusive a su enemigo para que ese amor tenga un valor mucho mayor que el de cualquier otro ser humano, pues aún las personas malas se aman entre amigos, mas la verdadera virtud está en amar al enemigo. Y si desea obedecer a Dios debe hacerlo porque lo ama y no porque le da miedo ir al infierno, o porque teme que Dios tome represalias en su contra, o porque quiere recibir algunas recompensas, o porque desea presumir ante otros cristianos de que es muy santo.
El apóstol Pablo dice que ninguna obra de caridad cuenta si no se hace con amor, no importa si el cristiano vendió todos sus bienes y luego regaló el dinero a los pobres. Si no se hace con amor, de nada vale. El apóstol Juan dice que Dios es amor y que si alguien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Es más, añade que quien odia a su hermano ya es un homicida, porque debe amarlo, pero amarlo no poética o románticamente, sino de manera práctica, sin misticismos, interesándose genuinamente por sus necesidades personales y tratando de ayudarle.
Y si en Juan 3:16 la Biblia dice que Dios entregó la vida de su Hijo en rescate por nosotros, en 1 Juan 3:16 agrega que así como Dios entregó su vida por amor a nosotros, nosotros debemos estar dispuestos a entregar nuestras vidas por amor a los hermanos en la fe. El amor es la esencia del cristianismo, sin él no hay nada, no hay vida espiritual. Si un cristiano no está lleno de amor hace bien en dudar de sí es un verdadero cristiano, porque sin amor no hay cristianismo. Que no se te olvide nunca lo lindo y significativo del 13, en 1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Tomado de:
“Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios